Sin muchas sorpresas pero sí con mucha desilusión llegó el Día “D” y el mexicano Saúl Canelo Álvarez se impuso por indiscutida decisión unánime al kazajo Gennady Golovkin, en una pelea donde los primeros 7 rounds solo vimos al mexicano en acción, ante un rival que se resistía al intercambio o repeler a base de sus habituales y contundentes contragolpes que lo llevaron a ser el boxeador más dominante de las 160 libras desde Bernard Hopkins.
La pelea distó mucho de ser un buen combate. Se esperaba una guerra y se tuvo una de las peores decepciones en la historia reciente del boxeo (equiparado con Mayweather Jr Vs Pacquiao de 2015), tomando en cuenta que las primeras dos peleas con Canelo fueron auténticas guerras, con mucho castigo por ambas partes, la tercera decepcionó porque la estrategia de Golovkin no fue la acertada; dosificar su energía para apretar al final del combate. La idea no es mala tomando en cuenta que la estamina de Canelo ha venido de más a menos en sus últimas peleas, sin embargo Golovkin empezó a lanzar golpes hasta el octavo round, cuando ya había transcurrido poco más del 60% de la pelea, que según los expertos hasta ese momento el mexicano había ganado todos los rounds.
Buscando culpables. El pelirrojo buscó a base de velocidad, movilidad y golpes de todos los ángulos, motivar a GGG a que le respondiera para entrar al terreno corto con pelea cuerpo a cuerpo, pero el kazajo nunca se animó, por ello Golovkin fue el responsable de quedar a deber en su desempeño. ¿Dónde quedó aquel GGG que abrumaba a base de golpes de poder y combinaciones explosivas a sus rivales?, el Golovkin noqueador, el que pegaba como patada de mula. Quizás el padre tiempo se lo llevó.
Ni siquiera es necesario hacer un balance round por round de lo que sucedió en esta pelea, pero sí es importante tomar en consideración algunos aspectos para tratar de entender el resultado.
Entrenador. Tras dos primeras peleas de alarido en las que los jueces determinaron un empate en la primera, y una decisión a favor del mexicano en la secuela, el kazajo decidió que era tiempo de cambiar de aires y prescindió de los servicios de quien lo llevó a la cúspide boxística, con quien tejió ese famoso ‘estilo mexicano’ que pregonaba y con quien hizo la defensa de sus títulos mundiales medianos en 20 ocasiones. Al perder por primera vez en su carrera GGG despidió a Abel Sánchez y contrató a Johnathon Banks (ex entrenador de Wladimir Klitschko). Desde ese momento vimos otro Golovkin, uno más defensivo pero menos agresivo en su estilo.
Actividad. Desde su derrota con Canelo, Gennady Golovkin hizo solo 4 peleas en 4 años, mientras que Canelo hizo 8 (incluyendo la derrota contra Bivol)
Edad. El kazajo siempre se ha caracterizado por su estilo incansable de golpeo, en su mayoría envíos de poder en forma de jabs, rectos, ganchos y volados, cualquier golpe que lanzaba Golovkin era uno con TNT, sin embargo ese poder fue bajando conforme GGG se hacía más viejo, y es que con 40 años no se cuece al primer hervor, con todo y que su físico luzca bien trabajado, su cara sin arrugas, el padre tiempo no perdona y GGG poco a poco deja de ser lo que en su momento fue. En contraparte Canelo con 32 años está en la cúspide de su capacidad física, en fuerza, resistencia y velocidad, con todo y la lesión en su mano izquierda de la que se quejó al terminar su combate.
Peso. Un aspecto del que pocos hablan es el peso para esta pelea. 168 libras o peso súpermediano donde Canelo es el mandamás indiscutido mundial y donde luce más fuerte. Golovkin hizo su debut en este peso pues quiso asumir un reto parecido al que Álvarez aceptó cuando enfrentó a Dmitry Bivol, y el resultado ya lo conocemos. Parece que 8 libras es poco (3.6 kg aprox), pero la diferencia no es de agua, ni hueso ni grasa, sino músculo puro, y cuando toda tu vida te mantuviste en las 160 libras (desde su debut como boxeador) como un mediano natural hay cambios que vas a resentir al subir de peso al ver mermados tu velocidad y movilidad, además que los golpes que recibes llevan más tonelaje. Por supuesto que el debut en 168 libras le pasó factura, pues no se enfrentaba a Juanito Pérez, o Panchito Juárez, sino a Canelo Álvarez, el jefe de los súpermedianos.
Estrategia. El tiro entre ambos empezó en el octavo round. De aquí en adelante fue otra pelea, vimos a los dos más participativos pero en el último round, nos convencimos de la estrategia fallida de Golovkin; guardarse energías para agarrar cansado al Canelo en la recta final de la pelea, confiando en su poder para anestesiar al mexicano y ganar el combate por knockout (no podía ser de otra manera). A partir del round 11 empezamos a ver a un GGG que abusó del abrazo hasta el final de la pelea, en un intento desesperado por terminar la contienda de pie y al menos seguir con la racha invicta de nunca haber sido enviado a la lona por ningún boxeador por más poderoso que fuera.
En síntesis, la saga Canelo Vs Golovkin está desgastada, ya vimos lo que teníamos que ver y la gente no se quedó con ganas de más. Esta pelea quedó lejos de las mejores sagas en la historia del boxeo, que citamos en la entrega anterior (Márquez Vs Pacquiao, Morales Vs Barrera, Vázquez Vs Márquez, Alí Vs Frazier). Esta trilogía pudo cerrar de épica manera si hubiéramos visto sangre, tripas, bofes, sudor, lágrimas, caídas, recuperadas, etc. Ya no debe haber una cuarta pelea y deseo que Golovkin reflexione seriamente sobre su futuro, pues es mejor que se retire en buen momento en su carrera pero en las 160 libras, su peso natural.
Sin embargo le reconozco al kazajo que a sus 40 años de edad mantiene una quijada fresca y haya aguantado 12 rounds ante uno de los mejores del mundo, al que diga lo que diga, haga lo que haga y demuestre lo que demuestre, siempre será severamente criticado por un amplio sector del respetable.
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Éxito y salud!