Culiacán, Sinaloa.- En los últimos 183 días la vida de Sinaloa, principalmente Culiacán, ha sido alterada una guerra despiadada entre facciones del crimen organizado, al despojar la tranquilidad de las familias, golpeando la vida nocturna y la economía de la ciudad más importante del estado.
En estos seis meses y tres días, la zona sur de la capital sinaloense, es donde se han registrados más hechos de alto impacto, ya sea enfrentamientos entre civiles armados o agresiones a elementos militares o de seguridad, con hallazgos de cadáveres y ‘levantones’.
Este miércoles 12 de marzo el presidente municipal, Juan de Dios Gámez Mendívil acudió a entregar obras de pavimentación en la sindicatura de Costa Rica, así como un sistema de agua y acciones de vivienda, donde el alcalde ha mantenido cercanía con sus habitantes para escucharlos y atenderlos. La gente le agradeció ese gesto, de no dejarlos solos.
Consultados por Adiscusión Diario, algunos vecinos afirmaron que es inevitable tener miedo, pero que la vida tiene que continuar, por lo que han adoptado protocolos para auto cuidarse.
Ante ese clima de violencia, Paulina Vega, residente de Costa Rica mencionó que antes era un lugar bastante tranquilo, pero ahora viven con la expectativa de que pueda suceder algo, es por ello que se impusieron un horario de salida. “Para las ocho de la noche ya estamos todos guardaditos”.
Expresó que tiene miedo, puesto que ella y su hijo de dos años y seis meses han escuchado las balaceras que se han suscitado en la sindicatura.
“Mi hijo cualquier impacto que escuche de un golpe equis, me dice ‘mamá, son balazos’, entonces, es triste sinceramente porque ahora hasta ellos tienen consciencia de lo que es la violencia”.
Apenas, el 25 de febrero, un enfrentamiento de civiles armados en contra de personal de Defensa, dejó como resultado 3 ‘gatilleros’ abatidos, por lo que la sindicatura fue ‘blindada’ y se suspendieron clases en todos los niveles y en la Facultad de Agronomía de la UAS que está por la carretera Culiacán-Eldorado se fueron a clases virtuales para el turno matutino.
Beatriz Rodríguez Piedra, comenta que tiene más de 30 años viviendo en Costa Rica, siendo una de las fundadoras de la zona en donde se entregó la pavimentación de la Avenida Arbaco, y nunca le había tocado vivir la crisis de inseguridad como hoy en día.
“Hasta ahora nos está tocando esto, de estar mirando lo que nunca había visto y estamos rodeados con el ‘Jesús en la boca’ de que nos llegue un tiro”.
Ezequiel Barragán, quien llegó como un niño desde Michoacán a cortar cañas, habitando en la sindicatura casi 70 años, dijo que “en aquellos años había de todo, pero no había tanta violencia”.
‘El Tata’ como también es conocido en el pueblo, quien siempre anda en su bici y con un bastón porque la pierna izquierda ya no le responde como antes, menciona sentir temor por esta situación.
José Manuel Ramos Meza, se suma al mismo sentimiento que sus vecinos; sin embargo, asegura que “ahorita se siente más tranquilo, ahora que andan rondando (las patrullas)”.
La protección en la sindicatura puede reflejarse en la entrada con retenes de elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, conocidos por ser los agentes de Omar García Harfuch, secretario de seguridad federal.
No obstante, 10 días antes, tres policías municipales de Culiacán fueron localizados en Costa Rica torturados y ejecutados, luego de ser privados de la libertad.
Un mes antes, otro agente municipal fue hallado en la sindicatura con huellas de tortura, semidesnudo, con las manos atadas y con la cabeza cubierta de una bolsa negra, tras ser sacado a la fuerza de su casa durante la madrugada del 2 de febrero.
Hoy Costa Rica, no obstante todo, sigue de pie.
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