Foto: Facebook Wilfrido Sandoval Sotelo
Culiacán, Sinaloa.- Alentado por el movimiento surgido en redes sociales a partir del 8 de marzo, donde se llamó a denunciar abusos sexuales cometidos por sacerdotes, Wilfrido Sandoval Solano decidió romper el silencio tras casi 9 años de ocultar un hecho aberrante que destruyó su vida, sueños, anhelos y su creencia en Dios.
Tal como lo hizo público Diario Digital Adiscusion desde el sábado, el movimiento encendió y logró motivar que brotaran a la luz testimonios de jóvenes que exhibían sus historias de acoso y abuso sexual en Twiter y Tik Tok, revelando incluso capturas de pantalla de conversaciones con lenguaje, insinuaciones y peticiones impropias de alguien enfundado en la sotana.
Pero fue el domingo por la noche cuando en Facebook se viralizó un caso que, por el peso de su denuncia, generó que más personas confesaran la terrible situación que sofocaron por años: surgieron otros testimonios de tocamientos, penetraciones, historias de cómo las llevaban a moteles, acoso insistente, discriminación, misoginia y violencia física ejercida por clérigos.
Se trata de Wilfrido Sandoval Solano quien a las 23:00 horas del domingo, reveló que fue violado cuando tenía 16 años de edad por un ministro de culto, a quien identificó como Petronilo Tolentino Núñez, quien el 11 de febrero cumplió 17 años de ordenación sacerdotal.
La aberración del ‘Padre Petrus’
En su posteo narró que todo inició cuando decidió confesarse con el ‘Padre Petrus’ en la parroquia de Nuestra Señora de Fatima en la sindicatura de Estación Bamoa, Guasave, pues a partir de ahí comenzó “mi cruz, haciéndome insinuaciones”.
Recordó que de pronto todo se calmó y a los días, el 21 de abril de 2014, el sacerdote le pidió que fuera comprar un tequila, y al volver a la casa, tenía listos dos vasos para servir la bebida.
“Me forzó en verdad a tomarme de una todo el vaso entero, lo cual yo derramé la mayoría, pero a mi corta edad de 16 años el alcohol me hizo mucho efecto, lo cual no supe de mi”, reveló y acusó: “Fui victima de abuso sexual por parte de este tipo”.
Wilfrido Sandoval señaló que se calló durante mucho tiempo pero “hoy que veo cuántas víctimas más hay, hoy quiero gritarle en cara que destruyó mi vida, mis sueños, mis anhelos, deje de creer en Dios, por su maldita aberración”.
Formaliza denuncia
Contactado por Diario Digital Adiscusion, Wilfrido Sandoval, quien hoy tiene 25 años de edad, confirmó que este martes formalizó una demanda penal por el delito de violación en contra de Petronilo Tolentino Núñez misma que quedó asentada con el número de expediente 509/2023.
“Se que no puedo cambiar el pasado, pero si puedo prevenir a que más jóvenes sean víctimas”, dijo a este medio tras explicar que decidió denunciar al clérigo para que haya justicia y sentar un precedente sobre una realidad que afecta a muchos jóvenes que hoy están gritando sus testimonios.
Comentó que a partir de la denuncia, la Fiscalía General del Estado, le proporcionó seguridad en virtud, además, de que a raíz de la viralización de su caso ha recibido amenazas.
“Me tocó la de perder, en mi otra vida me tocará ganar”
Tras su posteo del domingo, Wilfrido Sandoval fue asediado por usuarios en redes y decidió ir contando mediante mensajes en vivo por su cuenta en Facebook su sentir, donde señaló que “esto es muy delicado” pues no faltó quien lanzara mensajes de odio o incluso amenazas a su persona.
“Sé que la Iglesia me puede llegar a callar, eso lo sé porque he recibido tanto como amenazas por vía mensaje que obviamente sé qué personas son porque hace años tengo sus números y otras personitas ahí como de ‘oye cabrón ya cállate, párale a los tacos, túmbate el rollo’, no plebes yo no me voy a tumbar el rollo porque esto ya está de más”.
Dijo estar consciente de que esto va a tener consecuencias muy grandes, pero decidió dar la cara y enfrentar la situación pues “ahora que estoy grande y que estoy lejísimos de esta comunidad, les quiero decir a todas las personitas que me han estado hablando y escribiendo que alcen la voz, de ser necesario yo gritaré al cielo, gritaré al universo en general para que pague y pague más que nada por todo lo acontecido”.
Señalo que llegó el momento de no callar nada, no callar más. “Estamos en tiempos donde debemos de gritar, debemos de decir lo que nos pasa”.
Sandoval Solano llamó a los jóvenes a que levanten la voz.
Advirtió que sería lamentable que esto vaya a quedar impune, toda vez que la Iglesia va a tratar siempre de escudar a sus pederastas, a sus violadores.
“Conozco muchísimos casos antes de que pasara, que yo decidiera hablar, empecé a conocer muchos casos de amistades que me decían yo no les creía, más bien me hacía el que no les creía por tratar de olvidar mi tema, pero ahorita que ya alcé la voz y que grité a los cuatro vientos lo que a mí me había sucedido soy capaz de enfrentarlo públicamente frente a frente”.
Lamentó que esta vez le tocó la de perder, pero tiene la esperanza de que “en la otra vida quizá me tocará ganar, en esta me tocó perder, me tocó sufrir, me tocó perrearle”.
Wilfrido Sandoval enfatizó que Petronilo Tolentino Núñez tiene que pagar todo el daño que le hizo a él y a muchos más porque no está bien.
“Al rato puede ser un bebé, puede ser un niño, puede ser tu hermano, puede ser tu hermana, puede ser tu hijo, tu hija”.
La Diócesis de Culiacán suspende a sacerdotes; “es inédito”, justifican
Ayer, en rueda de prensa convocada por voceros de la Iglesia, la Diócesis de Culiacán anunció la separación de su oficio sacerdotal de los ministros Cristian Emmanuel Romero, Óscar Daniel Ramírez, Antonio Flores y Petronilo Tolentino Núñez quienes fueron líderes del movimiento Arcoiris que son grupos de menores, hombres y mujeres, que incursionan en actividades religiosas. También suspendió al padre José Luis Naranjo.
Son dos sacerdotes ya denunciados por violación ante la Fiscalía: Antonio Flores y Petronilo Tolentino Núñez.
El padre Esteban Robles, vocero de la Diócesis, lamentó las denuncias y reprobó los hechos que le han atribuido a los sacerdotes.
“Esto es inédito —justificó—. Cuando yo empiezo mi trabajo como vocero, en 2002, apareció un caso en Los Mochis que se desestimó porque se comprobó que había testigos comprados”.
Sostuvieron que cuando se recibe una denuncia, se investiga y se actúa.
“
Reprobamos tajantemente todo acto de abuso y violencia que dañe a los más vulnerables en todas las instituciones, por parte de cualquier instancia, también de nuestra Iglesia. Nos duele el dolor de los involucrados y por lo tanto hacemos frente para actuar en lo que nos corresponde como institución, la cual tiene como misión un encuentro con un Dios que es amor y a su vez busca la verdad, transparencia y honestidad”, dijo Esteban Robles.
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