En su último día de trabajo como jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador ofreció la mañanera mil 438, donde presumió el éxito de su política económica, firmó las reformas sobre pueblos indígenas y Guardia Nacional y, para cerrar, develó el cuadro con el que pasará a la historia en Palacio Nacional, entre marimba, lágrimas, felicitaciones y la rifa de su reloj.
“En lo público sí puedo decir misión cumplida”, soltó el tabasqueño en los pasillos de Palacio antes de retirarse a su oficina.
Por segunda ocasión en su sexenio, López Obrador se dio tiempo para desayunar con reporteros y youtubers que asistían a sus conferencias. Hubo tamales, atole y postres.
Previamente, la conferencia planeada para hablar 10 minutos se extendió por una hora con 49, pues hizo un repaso de las mejoras en su gobierno y planteó 10 récords de su administración, principalmente en materia económica, pues no se siguió “el camino trillado de siempre”.
“Esta es una política económica distinta. Ya no le hacemos caso a las recomendaciones, a las recetas de los organismos internacionales; México tiene su propia agenda a partir de nuestras necesidades. Miren cómo está la deuda en otros países y esto se incrementó por la pandemia”, destacó.
Explicó, acompañado por el gabinete de seguridad, que en su gobierno aumentó el salario mínimo, se crearon 2 millones 409 mil nuevos empleos formales —la tercera tasa más baja de desempleo a escala mundial— y por primera vez en los últimos 50 años no hubo devaluación del peso.
Aseguró que la deuda creció ordenadamente y se dejó margen de maniobra para el próximo sexenio. Incluso, dijo, se rompió récord en recaudación de impuestos.
Además, firmó dichas reformas, las cuales ya fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación y entran en vigor este martes.
Posteriormente, López Obrador presenció una adaptación de la canción “La Paloma”, en la que se reconoce su trayectoria. Además, escuchó a un conjunto veracruzano con el que se dieron por terminadas las mañaneras.
“Amor con amor se paga”, señaló el tabasqueño conmovido.
También aprovechó para agradecer el respeto de su sucesora, Claudia Sheinbaum, durante la etapa de transición, al asegurar que “otra persona acomplejada” lo hubiera negado o cuestionado.
“Me siento muy satisfecho por el trato de la presidenta hacia mí, respetuoso hasta el final, lo que demuestra su gran convicción humana. Cualquier otro acomplejado lo primero que hubiese hecho hubiese sido negarme o empezar con indirectas a cuestionar lo que hemos conseguido para diferenciarse, pintar su raya.
“Voy a entregar mañana (martes) la banda presidencial a una mujer excepcional, humanista, llena de amor, de humildad, de buenos sentimientos; es difícil que se encuentre en la historia una transición como la que estamos viviendo”, apuntó.
En la tamaliza, acompañado de funcionarios, contestó algunas preguntas a los medios y se retiró para develar su retrato en la Galería de los Presidentes.
“Hasta viví en el Zócalo”
Andrés Manuel López Obrador develó su retrato, que permanecerá en la Galería de los Presidentes de Palacio Nacional, acompañado por el pintor yucateco Ermilo Espinosa, encargado de la obra.
En el cuadro se ve al Presidente con un bastón de mando y de pie en el balcón central de Palacio, con el Zócalo de fondo repleto de gente, la bandera monumental y la Torre Latinoamericana.
Es un retrato, según el mandatario, cargado de simbolismos sobre el país y su carrera política.
“He estado muchas veces en el Zócalo, hasta viví ahí, entonces (por eso aparezco) con la gente. Y la Torre Latinoamericana tiene el 15 de septiembre del 24”, destacó.
Espinosa aceptó que pintar el retrato fue una tarea difícil, pues López Obrador es uno de los rostros más reconocidos del país y tenía que captar de manera muy precisa sus expresiones.
“Tenía que ser muy preciso para captar su rostro en lo físico, pero además su expresión. No es solamente el retrato de la persona, sino de la investidura presidencial y de la Presidencia a través de él.
“Creo yo que capté, espero, esa expresión firme, pero amable del Presidente, que fue un elemento fundamental”, comentó.
La obra, que se ubica junto al ex presidente Enrique Peña Nieto, se pintó aproximadamente en un año y tuvo un costo de 700 mil pesos.
En el sitio, el mandatario dijo que había cumplido su misión, pero aceptó que le dejaba pendientes a la presidenta electa, pues “fue mucho tiempo de una política de corrupción, de injusticias, de privilegios; en seis años no es posible terminar de limpiar”.
Agregó que en la medida de sus posibilidades cumplió las promesas que hizo a lo largo de su carrera política y siempre trabajó con optimismo: “lo difícil lo hacíamos y lo imposible lo intentábamos”.
“Los quiero mucho, mucho, mucho”, apuntó ante la insistencia de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, de retirarse del lugar, “ya me vinieron a buscar. Adiós”.
“Los amigos no se pierden”
El presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció una comida a mandatarios de América Latina, quienes están en el país para acudir hoy a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum.
Minutos antes de las 14:00 horas llegaron a Palacio Nacional los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Guatemala, Bernardo Arévalo, y el primer ministro de Belice, John Briceño.
Más tarde arribó el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien dijo que mantendrá su amistad con López Obrador y que la relación con Sheinbaum será de lo mejor.
—Es un gran amigo y los amigos no se pierden.
—¿Cómo será la relación con Claudia Sheinbaum?
—Inmejorable.
Posteriormente llegó el presidente de Brasil, Lula da Silva, y la mandataria de Honduras, Xiomara Castro.
López Obrador publicó una fotografía con sus homólogos, a quienes agradeció su solidaridad.
“Me despedí de ellos agradeciéndoles por sus muestras de apoyo y solidaridad con México, su pueblo y su gobierno. Abrazos de hermanos a todos”, escribió.
Con ese encuentro, López Obrador se despidió de sus homólogos y dejó Palacio Nacional.
Con información de Milenio