Todavía en horas de la mañana, en el marco de la conferencia de la vocería estatal, Feliciano Castro Melendrez, el secretario general de Gobierno, había confirmado la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a Sinaloa, para este sábado 24 de mayo.
-Hay un pequeño cambio: no será ni Guasave, ni Rosario; estará en Mazatlán – había dicho.
Con el paso de las horas, sin embargo, lo que pareció rectificarse fue la exclusión de Sinaloa de la gira de la titular del Poder Ejecutivo Federal, tras divulgarse -por parte de la oficina de la presidencia – la agenda sabatina de Claudia Sheinbaum: a las 11: 30 horas, en la ciudad de San Luis, San Luis Potosí, para revisión de proyectos productivos de esa entidad federativa.
-¿Sinaloa? Sinaloa no figura en las actividades de fin de semana – aclaró Isaac Hernández, responsable del área de difusión de la presidencia de la República. Y bueno.
A la hora de redactar estas líneas, para nuestros tres o cuatro lectoras, llegó la información definitiva.
Si viene. Estará en Mazatlán, por la tarde, con un programa sumamente reducido: asamblea Salud Casa por Casa. Y no pregunte más.
Pendientes.
Y bueno. Por su parte, el gobernador Rocha si participó en una reunión oficial con la presidenta Claudia Sheinbaum, allá en la capital del país.
Aparentemente el único punto fue un análisis de los avances del programa IMSS-Bienestar, al cual Sinaloa, por cierto, fue de los primeros estados en incorporarse, tras el surgimiento de este nuevo esquema de salud.
Ahí no están todas las entidades del país; pero si la gran mayoría que quede claro.
Y se trata del IMSS-Bienestar, no del sistema IMSS, que proyecta -volvemos a tocar el asunto – la construcción de un mega hospital en esta ciudad, a fin de mejorar sustancial y exponencialmente la atención a la población derechohabiente.
Ahí, en ese marco, Rocha Moya ratificó disposición y determinación para el apoyo incondicional a lo que se conoce como IMSS-Bienestar, en la idea de ofrecer todo tipo de servicios (incluso cirugías de alta especialidad) a todos aquellos sinaloenses, que no cuenten con los beneficios de la asistencia social, en ninguna de sus expresiones.
Buen tema, del cual se hablará en su momento.
¿De acuerdo?
Por cierto.
Vocería del gobierno del Estado reveló el recuento de daños del evento del miércoles próximo pasado, en el penal de Culiacán ubicado entre los poblados de Bachigualato y Aguaruto. En tiempos del gobernador Millán se le conocía, pomposamente, como Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del delito:
-Un interno lesionado, por una esquirla de bala.
-Inhabilitación del túnel descubierto.
Y
-Decomiso de armas y explosivos, entre otras cosas.
Para el secretario general de gobierno: “hechos inaceptables; pero, por fortuna, reacción rápida y eficaz”.
Para el gobernador Rubén Rocha: “evidente complicidad interna para el ingreso de armas al penal” y por supuesto la muy probable destitución del titular de la dirección en funciones.
Daños prácticamente imperceptibles, para la magnitud del hecho, según las versiones de los medios de comunicación.
En fin.
Por otro lado.
Llama mi atención y llena mi cabeza de recuerdos, el texto de Ignacio Sanz Salazar en redes sociales -replicada por José Antonio Ríos Rojo- en torno a la marcha estudiantil del 21 de mayo de 1968, llevada a cabo desde la escuela secundaria conocida como “La Prevo” hasta las instalaciones del apenas naciente Instituto Tecnológico Regional de Culiacán, ubicadas allá por el norte de aquella ciudad de apenas 150 mil habitantes, si los cálculos no me fallan.
Leopoldo Sanchez Célis gobernaba el Estado y Gustavo Díaz Ordaz estaba en la recta final de su mandato presidencial (con dos eventos de importancia mundial por enfrente: los juegos olímpicos de 1968 y la copa Jules Rimet de 1970).
En realidad fue una mudanza por parte de quienes cursábamos secundaria en la “Prevo” -que quería decir prevocacional- y quienes hacían preparatoria técnica en la vocacional, con quienes compartíamos el mismo viejo edificio, localizado frente a la imponente preparatoria central de la UAS, en lo que era el sector con más sinergia estudiantil de Culiacán.
Ya restaba poco menos de un mes para la finalización del ciclo 1967-1968 y lo cursaríamos de una vez, allá, en el “Tec de Culiacán” , al igual que nuestros hermanos de la vocacional.
La idea de estrenar nuevas instalaciones y de sentirnos, de algún modo, parte del conglomerado del Instituto Politécnico Nacional, nos llenaba a todos de emoción y así, aquel día, con nuestro director Luis Cisneros Zazueta al frente, rodeado de gente tan apreciada como su hermano “Tochin”, doña Socorro Astol, Cipriano Obeso Camargo, Jesús Murillo, Isidro Salas Barrón, Joaquín Flores, Roberto de la Mora, la profesora Angelina Moncayo y muchos más, dejamos atrás la querida escuela y emprendimos la marcha a la nueva sede, al ritmo de la marcha de guerra de la institución.
Caminamos por la avenida Ángel Flores hacia el Oriente y rodeamos la plazuela Rosales (desde donde dijimos también adiós al emblemático edificio central de la UAS) para tomar la calle Zaragoza con destino al centro de la ciudad. De ahí, la avenida Alvaro Obregón hasta el pie de la Lomita, desde donde rompimos la formación para correr, con desbordante entusiasmo, hacia el Instituto Tecnológico Regional de Culiacán.
Que recuerdos Ignacio Zans, Pepe Toño y compañeros del segundo H (taller de Electricidad) de la inolvidable “Prevo”, sentimientos que, de la emoción, pasaron a la nostalgia al evocar siempre aquellos días llenos de calor humano en medio del cual transcurrían los años en aquella “Prevo” en la que todos nos conocíamos y nos respetaban -tan solo por ser de la “Prevo” – hasta los inquietos y aguerridos muchachos de la prepa central de la universidad.
Muy felices y todo en nuestras nuevas instalaciones; pero sin olvidar jamás a la “Prevo”. Y hasta la fecha.
Gracias Ignacio Zans.
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