Nicole Kidman ha sido un nombre que se ha mantenido vigente en el mundo del cine de una o de otra forma desde los años 90, cuando se convirtió en una de las actrices mejor pagadas de la industria.
No sólo era una chica de cara linda, cabello rizado y rojo, ojos azules y 1.80 metros de espigada figura, sino que siempre fue una actriz con ganas de devorarse el mundo bajo sus propios lineamientos.
Para la hija de un psicólogo y una enfermera, el tiempo le ha dado su lugar al punto de que se puede dar el lujo de elegir sus papeles, no por lo que podrían aportar en una taquilla, sino por lo retadores que son para ella.
He estado buscando un papel como Romy durante mucho tiempo. Es una de esas historias que aparecen, la leí y me conecté con ella. Hablé con Helen y le dije: ‘Me encanta’. Fue muy profundo, desafiante, pero también veraz. Cuando lees un guion y sabes que el personaje va a cambiar, que se va a transformar, que se va a convertir en algo diferente.
Lo que estaba en la página estaba ahí, listo para ser tomado y simplemente me conecté con eso, y sabía que podía perderme en ella y en sus manos. Eso fue lo principal, porque requiere un abandono total a ella y decirle ‘¿me tienes?, entonces puedo ir a cualquier parte contigo, pero solo toma mi mano’, que es lo que ella hizo”, compartió Nicole en una entrevista proporcionada por la distribuidora del filme Baby Girl: Deseo prohibido.
En el filme, ya en cartelera, dirigido por Halina Reijn, Kidman interpreta a Romy, una ejecutiva que emprende una aventura sexualmente extrema con Samuel (Harris Dickinson), un pasante mucho más joven que ella.
La trama explora riesgos, prejuicios con la edad, estándares de belleza, libertad y los juegos de poder que existen en una relación aparentemente prohibida.
Así que Nicole es el reflejo de la belleza y la valentía que cualquier mujer puede tener.
Para ella, el miedo a algo no es un pretexto para detenerse, al contrario, es sólo un estimulante que le despierta ese espíritu aventurero muy característico de los australianos.
Tenía miedo. Soy valiente, pero quiero hacerlo para que el miedo no me detenga. Creo que simplemente nací de esa manera, donde es como: ‘ok, no estás destinado a hacer esto pero vamos a intentarlo’. Sentir que quiero ir a lugares en los que nunca he estado, quiero decir, me encanta explorar a los seres humanos, lo que somos, por qué estamos aquí y cómo interactuamos, y obviamente el sexo es parte de ese poder.
Todas las cosas que ella aborda en esta película: el matrimonio, la capacidad de mantener un gran trabajo y el deseo de seguir luchando por tener estos otros impulsos (sexuales). ¿Tienes que alejarlos o los exploras? En algún momento van a salir y se manifiestan naturalmente. Que es interesante, pero si no tienes un lugar para explorar esas cosas saldrán a la superficie de formas extrañas. Esa es mi creencia”, agregó en la charla proporcionada por la distribuidora.
Nicole ha hecho de todo como actriz: bruja, la chica guapa, psicóloga, experta en reacciones nucleares y esposa insatisfecha, entre otros roles, pero fue en ese periodo cuando descubrió su propio potencial, conoció y se relacionó con un sin número de nombres interesantes de la cinematografía y, tras su divorcio con Tom Cruise, dejó que su talento estallara en la pantalla.
Trabajó con directores como Gus Van Saint, Stanley Kubrick, Baz Luhrmann, Stephen Daldry, Alejandro Amenábar, Lars Von Trier y hasta se sumergió en el universo de DC como la reina Atlana, en Aquaman.
Cuando estás en el teatro nunca puedes verte a ti mismo; cuando estás en una película puedes verla, pero tienes que superar todo lo que has hecho y emprender una autocrítica, porque cuando estás en el escenario, no corriges, estás ahí y eso es todo, pero cada noche puedes mejorar y ajustar el camino.
El cine es una experiencia muy diferente, pero es muy importante seguir viéndola con público. Yo no solía ver las películas y ahora estoy pasando a la siguiente fase de mi viaje creativo y es obligarme a ver las películas que he hecho”, compartió la ojiazul.
El filme ha sido bastante aplaudido por la crítica gracias a esa figura de empoderamiento que la australiana representa, también por mostrar que a cualquier edad el ser humano puede amar desenfrenadamente y experimentar cualquier sensación.
De hecho, la cineasta partió de una pregunta: ¿Es posible amar todas las capas diferentes de mí misma, no solo las que me gusta presentar al mundo exterior?”, según recordó en una proyección especial atendida por The New York Times.
Nicole le contó a Zendaya, en su entrevista parte del especial Actors on Actors, de Variety, que Halina creó una atmósfera segura entre ella y Harris para poder llevar a cabo el tema de la exploración sin prejuicios y complejos.
Mi viaje por la vida que trazo es experimental. Quiero aprender, descubrir, crecer y cambiar. Quiero que me cambien. Cámbiame. Llévame a un lugar que sea diferente. Mientras estemos algo obsesionados, algo saldrá de ello. Porque amo la obsesión”, respondió la ex de Tom Cruise.
Ella vive sin complejo alguno a sus 57 años. A la novia de Tom Holland le contó que apenas supo que la peli se llamaba Babygirl y aceptó, “porque yo quería ser la niñita”, aceptó. Sobre Harris, dijo que se llevaron muy bien, hubo química, conversación y mucha profesionalidad.
El monólogo de Romy, en el que acepta el autosabotaje, el sentirse normal y buena persona es natural pese a su apetito sexual, define la intención del filme.
Es el principal eje de la película, porque estás afirmando que ‘quiero ser como tu’, porque la mayoría del tiempo nos sentimos como aliens por nuestros particulares pensamientos”, dijo la realizadora a USA Today.
Con información de Excelsior