=Un antes y un después, tras julio 25
=Mejoras; pero persiste la intranquilidad
=García Harfuch y su residencia temporal
=Abre RRM circulación en el paso deprimido
=Lo que nos deja 2024; lo que viene para 2025
El 2024 pasará a la historia como un año especialmente complicado para Sinaloa, a raíz de los desafortunados acontecimientos del jueves 25 de julio, que detonaron, el lunes 09 de septiembre, con el estallido de la llamada narco guerra, que sigue vigente y que le ha causado un severo deterioro al desarrollo económico, social y político de nuestra entidad.
Ese jueves 25 de julio, Ismael Zambada, el hombre que parecía inalcanzable para la justicia, fue víctima -de acuerdo a las versiones aceptadas – de una trampa urdida por Joaquín Guzmán López, que causó su secuestro y su traslado a los Estados Unidos (de Culiacán a El Paso, Texas), donde fue entregado al gobierno del vecino país del Norte, que lo reclamaba tiempo atrás y por el cual ofrecía una recompensa de hasta 15 millones de dólares.
Se trata de los mismos hechos en los que fue asesinado el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, también víctima de una situación extraña y no debidamente aclarada hasta el momento.
En el mismo acontecimiento, también se entregó el hijo del “Chapo Guzmán”, luego de una aparente concertación con las autoridades de los Estados Unidos, que le permitiría ingresar a la figura de “testigos protegidos”; a una reducción en la condena de su hermano Ovidio y a mejores condiciones de vida de su padre, Joaquín Guzmán Loera, en la medida de lo posible.
Si el gobierno del vecino país del Norte ha cumplido con tales ofrecimientos, es un tema todavía por aclarar; pero la tesis en tal dirección se fortalece día a día, con versiones acerca de que, en efecto, existe un trato de privilegio tanto en favor de Guzmán López, como de su hermano Ovidio, el protagonista estelar de aquel famoso “Culiacanazo” de octubre de 2019, que estrenó al gobierno presidencial de Andrés Manuel López Obrador en situaciones de esta naturaleza.
Bien.
Tras los eventos del infausto 25 de julio, sobrevino un periodo de tensa calma, que nos llevó a pensar, ingenuamente, que la situación no pasaría a mayores y que Sinaloa mantendría los niveles de tranquilidad que ubicaban al nuestro como uno de los estados más pacíficos de la república; sin embargo, el choque con la realidad fue sencillamente brutal.
La mañana del lunes 09 de septiembre -cuando el gobernador Rubén Rocha Moya ultimaba preparativos para la ceremonia del grito de la Independencia – iniciaron los enfrentamientos entre “La Mayiza” y la “Chapiza” que, con altibajos, persisten hasta el momento y que nos han dejado, luego de cuatro meses de hostilidades, una estela de asesinatos (algunos de ellos espeluznantes), bloqueos de vías de comunicación, daños a patrimonios particulares y expresiones del delito no vistas en Sinaloa, como extorsiones, secuestros y cobros de derecho de piso, entre otras.
En la historia de Sinaloa y en el gobierno de Rubén Rocha existe, indudablemente, un antes y un después, del 25 de julio, que persistirá por siempre, aunque la situación se supere y eventualmente llegue a su final, que es por ahora el clamor de los sinaloenses, de todos, no solo quienes radicamos en las zonas del conflicto.
¿Cuándo terminará lo que ha llegado a convertirse en una verdadera pesadilla para todos? Eso no lo sabemos. De hecho no lo sabe nadie; pero de que los humos de la batalla se disiparán, para dar paso a una nueva etapa de trabajo, armonía, paz y tranquilidad, no debe existir duda alguna.
Ya llegará ese día. Quizás cuando menos lo esperemos; pero llegará. Ojalá.
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Y bien. La presencia de Omar García Harfuch en Culiacán constituye uno de los testimonios más relevantes de la respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum; del respaldo del gobierno federal a la autoridad local y del apoyo al gobernador Rubén Rocha Moya, en sus intentos por traer la tranquilidad de regreso a nuestra entidad. García Harfuch, como usted lo sabe, es el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y uno de los colaboradores más cercanos a la titular del Poder Ejecutivo Federal.
García Harfuch, en efecto, continúa en nuestra ciudad y prácticamente suma ya tres semanas al frente del operativo supremo, que implica la coordinación de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno, lo cual no es una tarea fácil ni cosa por el estilo.
Adicionalmente a ello, la tarde de este lunes, 30 de diciembre, hicieron su arribo 300 elementos más de las llamadas fuerzas especiales -del 104 Batallón de Infantería- con indicaciones específicas de sumarse a las tareas de protección a la ciudadanía y particularmente de participar en el operativo alusivo a la celebración del Fin de Año. ¿Los resultados de García Harfuch?
En realidad no existe un modelo de medición objetivo y veraz; sin embargo, la percepción ciudadana le es favorable. Los saldos diarios nos presentan altas y bajas; sin embargo es innegable que desde la instalación aquí del secretario federal de seguridad pública, se ha dado una tendencia a una normalidad y a una relativa recuperación de la vida rutinaria en nuestra ciudad, con todo y las restricciones auto impuestas por la sociedad misma.
Evidentemente no es tiempo aún -ni tampoco existen los elementos necesarios – como para una valoración de resultados; pero los esfuerzos se intensifican y la ciudadanía, también hace la parte que le corresponde.
Pendientes pues.
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Mientras. Bueno, no fue el sábado 28 -como lo había anunciado originalmente -; pero si el lunes 30, cuando el gobernador Rubén Rocha Moya abrió a la circulación vehicular el paso deprimido que se construye en la intersección de la carretera federal número 15 y el boulevard Jardín de las Orquídeas, a la salida Norte, rumbo a la ciudad de Los Mochis.
Hay que aclarar que no fue una inauguración en sí, puesto que se trata de una obra grande, que sigue en proceso de construcción; sin embargo, lo esencial era eso, abrirla a la circulación, para resolver los intensos problemas de tráfico vehicular, propios de la zona.
El llamado paso deprimido, ya incluidos todos sus accesos y la circulación por las vías laterales, se dará por concluido a mediados de febrero próximo.
Al hacerse presente en el acto -en compañía del presidente municipal, Juan de Dios Gámez Mendívil -, Rocha Moya se visualizó a la vuelta de un año, con inauguraciones tales como la extensión del Malecón a la vera del río Culiacán (desde el edificio del Congreso del Estado hasta el boulevard Rolando Arjona); la conexión del boulevard Agricultores con la Costerita y el puente de Santa Fe que unirá a toda la zona Noroeste de Culiacán. Informados.
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A título personal.
Queda atrás 2024 y como usted lo ha leído no nos deja precisamente buenos recuerdos.
Inicia 2025 y renace, como año con año, la esperanza de un futuro mejor para Sinaloa y para México a pesar de advertencias de turbulencia a lo largo de los meses que se avecinan.
En el caso particular de nuestro Estado, la situación imperante desde el 09 de septiembre, que nos regala -a todos- anocheceres inciertos y amargos amaneceres, con informaciones que nos ubican, día a día, en una amarga realidad, a pesar de nuestros esfuerzos permanentes por tratar de vivir en un ambiente de normalidad.
A nivel general, las amenazas del presidente electo de los Estados Unidos, que de cumplirse representarán un golpe letal contra Sinaloa, ante la enorme cantidad de “paisanos” que radican más allá de la frontera Norte y cuyo regreso implicaría un contratiempo de enormes dimensiones para el gobierno de nuestra entidad. Y para todo México, en general.
En lo que hace al columnista, nuestro agradecimiento a quienes nos hacen el honor de leernos día con día y a quienes pedimos su comprensión por la eventual expresión de criterios inexactos, que solo llevan el propósito de plantear nuestro modo de ver las cosas, con profesionalismo, seriedad y objetividad, tras casi 53 años de ejercer el periodismo de manera ininterrumpida.
Gracias por eso a todos. Y para todos ustedes que este 2024 sea el mejor año de sus vidas. Así de sencillo.