Una enorme mole de concreto emerge del corazón turístico de Mazatlán, Sinaloa. Es un nuevo acuario que se construye con una inversión pública y privada inicial de mil 467.7 millones de pesos. Le han nombrado Acuario Mar de Cortés en homenaje a ese espacio del Océano Pacífico que el explorador Jacques Cousteau calificó como “el acuario del mundo”. Pero este acuario no es “del mundo”, tiene un dueño y también una historia de vínculos familiares utilizados para conseguir recursos públicos y destinarlos a un negocio privado.
Los protagonistas de esta historia: el exgobernador de Sinaloa y ahora embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel, y su primo, el empresario hotelero, Ernesto Coppel Kelly.
La familia Coppel de Mazatlán cuenta con varios negocios de hotelería. El actual embajador es socio de al menos tres hoteles y su primo Coppel Kelly destaca por tener uno de los complejos turísticos más importantes de Mazatlán y Los Cabos, Baja California Sur, el Grupo Pueblo Bonito.
En agosto de 2014, Coppel Kelly, el “tiburón” que protagoniza una popular serie televisiva de emprendimiento y negocios, tuvo una idea millonaria que dio a conocer ante gobernantes y empresarios locales: el Parque Central, un ambicioso proyecto que utilizaba un terreno público en el Bosque de la Ciudad, incluía un museo interactivo, una nueva vialidad, una laguna y como proyecto estrella: el acuario más grande de América Latina, ahora llamado Mar de Cortés.
La inversión se realizaría en Mazatlán, un puerto que en los últimos años ha ganado la distinción del Mejor Destino Turístico de México y Centroamérica, según los Premios Mundiales del Viaje (World Travel Awards), conocidos como “los Oscar” del turismo.
El empresario gestionó su idea ante el entonces gobernador sinaloense Mario López Valdez, pero el mandatario sólo aportó 6 millones de pesos destinados a un proyecto ejecutivo. El proyecto quedó en eso, en proyecto. Pero dos años después, cuando Quirino Ordaz Coppel llegó a la gubernatura de Sinaloa, el escenario cambió y el proyecto se convirtió en realidad.
En febrero de 2017, apenas un mes después de tomar posesión como gobernador, Ordaz Coppel inició la compra de 13.5 hectáreas de terreno para crear una nueva avenida del Parque, y para ello gastó 196.5 millones de pesos provenientes de las arcas locales. En 2018 aceleró la inversión y destinó 306.5 millones de pesos en obras para la construcción del Parque Central, y gestionó 586 millones más de recursos federales para el nuevo acuario. En total: mil 89 millones de pesos de recursos públicos para todo el Parque Central, ubicado en el corazón turístico de Mazatlán.
Ordaz Coppel no solo garantizó el sueño de su primo, también se encargó de que él se quedara con los derechos de operación y administración del nuevo acuario por los próximos 30 años. Ernesto Coppel Kelly es el mayor inversionista del principal atractivo del Parque Central, una Asociación Público Privada (APP) que fue licitada por el gobierno de su primo, el gobernador, en un concurso público que tuvo un solo participante: su empresa.
Pero la historia de esta megaobra no sólo es asunto de dinero. Para erigirla, el gobierno estatal construyó una calle a su costado que rellenó una parte de la histórica Laguna del Camarón, lo que ha provocado la contaminación del vaso de agua y que aves migratorias no lleguen al lugar, según denunciaron ambientalistas locales y un grupo de vecinos que realizó un peritaje en ecología forense en la laguna, y del que se tiene copia.
Con un contrato calificado como “tramposo” por el actual alcalde, Édgar González, obligaron al Acuario de Mazatlán que opera desde 1980 a ceder sus instalaciones y entregar 2.6 hectáreas de terreno en concesión. El antiguo acuario, obligatoriamente, cerrará sus puertas antes de que se inaugure el nuevo gran proyecto. Lo hará en el momento en que más visitantes ha tenido.
Según la corrida financiera de la APP Mar de Cortés, el nuevo acuario tendrá ingresos totales de al menos 9 mil 500 millones de pesos, casi seis veces más de los mil 467.7 millones de inversión inicial. Sin embargo, funcionarios del gobierno de Sinaloa entrevistados consideraron en su momento que la cifra está subestimada, y que los ingresos reales serán mucho mayores.
Con los documentos obtenidos por transparencia se puede afirmar que la inversión del nuevo acuario es de mil 467.7 millones de pesos, pero el inversionista asegura que debido a la pandemia rebasó los 2 mil millones de pesos. De esta última cantidad no se pudo obtener ningún comprobante que lo sustente porque el gobierno de Sinaloa la clasificó como “sensible” y “confidencial”.
Guillermo Zerecero Rodríguez, representante legal de Kingu Mexicana, la empresa que administrará el nuevo acuario, afirma que a ellos no les interesa hacer negocio con el proyecto, sino generarle un bien a Mazatlán. Pero el diputado federal, Juan Torres Navarro, advierte que el tema no se remite a las buenas intenciones: “ahí hay un conflicto de intereses, hay tráfico de influencias entre Quirino Ordaz y Neto Coppel”.
El sueño familiar
El 31 de diciembre de 2016, Ernesto Coppel Kelly celebró efusivamente cuando su primo, Quirino Ordaz Coppel, rindió protesta como gobernador:
“Nos tardamos 147 años en tener un gobernador en la familia y no me voy a perder esta oportunidad por nada del mundo… son 147 años de que llegó el primer Coppel a Sinaloa y hasta ahora nos tocó, estoy muy contento, muy feliz de que sea mi primo el actual gobernador”, dijo Coppel Kelly a la prensa local.
El ahora embajador y el empresario son primos segundos, hijos de dos primos: la madre de Quirino y el padre de Ernesto. Son descendientes de una familia polaca, originaría de la ciudad de Blaszki, nombre que hoy lleva una de las principales empresas operadoras de grupo Pueblo Bonito.
La celebración de Coppel Kelly no era en vano, una vez que inició la administración de Ordaz Coppel la apuesta por su proyecto turístico fue inmediata y prioritaria.
El gobierno estatal dio el paso uno en febrero de 2017, con la compra de 13.5 hectáreas de terrenos para la nueva avenida, luego en octubre de ese mismo año se iniciaron los estudios topográficos para la construcción del Parque Central y también comenzó la pavimentación de la calle.
En febrero de 2018 se dio el banderazo para la edificación del parque que inicialmente costaría 174 millones de pesos y estaría listo en octubre del mismo año. Pero el contrato tuvo cuatro ampliaciones en su costo y tiempo de ejecución. La obra se incrementó a 217 millones de pesos y se concluyó hasta septiembre de 2021.
Mientras la construcción del parque avanzaba, las gestiones para conseguir los recursos del nuevo acuario se lograron a mediados de 2018. En la recta final del gobierno de Enrique Peña Nieto, el gobernador priista logró una ampliación especial de la Secretaría de Turismo federal para asignarle al acuario 400 millones 790 mil pesos del programa de Desarrollo Regional Turístico Sustentable y Pueblos Mágicos (Prodermágico).
El recurso destinado a Sinaloa fue el monto más alto autorizado en 2018 para proyectos turísticos de entre todos los del país, a pesar de que las reglas de operación de Prodermágico establecían preferencia para proyectos en Pueblos Mágicos, y Mazatlán no lo es.
La otra parte de la inversión para el Acuario Mar de Cortés se gestionó ante el Fondo Nacional de Infraestructura, el cual aportó 185 millones de pesos de un subsidio no recuperable.
En suma, el gobierno de Ordaz Coppel dispuso de mil 89 millones de pesos de recursos públicos para la construcción del Parque Central, la nueva vialidad y el nuevo acuario.
Unos días antes de que Quirino dejara la gubernatura, el Ayuntamiento de Mazatlán invitó al mandatario a develar la placa de la calle que él había mandado construir: la nombraron Avenida Quirino Ordaz Coppel.
Youtube ¡Dale click y ponte Adiscusión.
Con información de El Universal, con una investigación de la periodista Miriam Ramírez.