Un caso de robo hormiga volvió a encender el debate sobre la impunidad y la delincuencia menor en México. Dos mujeres fueron sorprendidas robando varios pares de tenis en una tienda Coppel de esta ciudad oaxaqueña, intentando ocultarlos entre su ropa para salir sin pagar.
El video del momento, grabado en abril pasado por personal de seguridad y difundido inicialmente en abril pasado, volvió a viralizarse esta semana en TikTok y Facebook, luego de que un empleado lo retomara para denunciar el modo en que operan las llamadas farderas.
En las imágenes, que duran poco más de un minuto, se observa a los guardias pidiéndoles que saquen los artículos escondidos entre sus prendas. Una de ellas extrae hasta cuatro pares de tenis deportivos, mientras la otra, nerviosa, admite que eran “para sus sobrinos”.
"No se puede creer la facilidad con la que lo hacen, ya ni les da pena”, escribió un usuario indignado en redes sociales.
"Y todavía se enojan cuando las descubren, como si fueran ellas las víctimas”, agregó otro comentario viral.
El robo que encendió el debate
Gracias a las cámaras de videovigilancia, el personal de la tienda detectó el intento de hurto y logró interceptar a las mujeres antes de que abandonaran el establecimiento. Posteriormente fueron entregadas a la Policía Municipal de Pinotepa Nacional, que aseguró la mercancía y notificó a las autoridades competentes.
Aunque no se ha informado si enfrentarán cargos formales, el caso ha sido ampliamente comentado por la opinión pública, que exige sanciones ejemplares ante la creciente ola de robos menores en tiendas departamentales y supermercados de Oaxaca y otras regiones del país.
Farderos, rostro oculto del robo hormiga
El fenómeno de los farderos —personas que sustraen productos ocultándolos en su ropa o bolsas modificadas— se ha convertido en un problema nacional.
De acuerdo con reportes de seguridad privada y asociaciones comerciales, este tipo de robos genera pérdidas millonarias anuales, además de exponer a empleados y clientes a situaciones de riesgo.
Personal de vigilancia detalla que los farderos operan con una estructura casi criminal:
-El “halcón”, quien revisa las salidas y vigila el movimiento del personal.
-Las “mulas”, encargadas de ocultar y sustraer la mercancía.
-El “guardia”, que las escolta y distrae a los empleados.
-Y en muchos casos, un conductor o cómplice que espera afuera con el vehículo listo para huir.
"No son robos improvisados, hay coordinación, roles definidos y hasta amenazas cuando se les confronta”, aseguró un guardia de seguridad entrevistado por medios locales.
Con información de Excélsior