CDMX.- La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó una reforma que establece la prohibición absoluta de los cigarrillos electrónicos y vapeadores en México, con sanciones que incluyen penas de hasta ocho años de prisión para quienes los fabriquen, distribuyan o comercialicen.
La medida fue respaldada por las bancadas de Morena, PT y PVEM, con 27 votos a favor, frente a 8 en contra de PRI, PAN y MC, además de una abstención. El dictamen también contempla multas económicas que podrían alcanzar hasta dos mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), así como sanciones a la publicidad y promoción de estos productos.
Alcances de la reforma
El proyecto busca erradicar la presencia de vapeadores en el mercado nacional. Entre las acciones previstas se incluyen:
•? ?Prisión de uno a ocho años para quienes participen en la producción, importación, exportación, transporte, almacenamiento o venta.
• ?Multas económicas de gran escala.
•?Penalización de la publicidad y propaganda que incentive su consumo.
La iniciativa se presenta como reglamentación de la reforma constitucional aprobada en 2024, que ya había prohibido la venta y consumo de estos dispositivos.
Debate político
Los partidos que respaldaron la medida argumentaron que los vapeadores representan un riesgo creciente para la salud, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Señalaron que su uso se ha popularizado como una alternativa “moderna” al tabaco, pero sin evidencia suficiente sobre su seguridad.
La oposición, en cambio, advirtió que la prohibición absoluta podría fomentar un mercado negro más difícil de controlar y afectar a pequeños comerciantes que dependen de la venta de estos productos.
Reacciones sociales
La decisión generó protestas de comerciantes y usuarios frente al Senado, quienes denunciaron que la medida golpeará a miles de negocios y consumidores que recurren a los vapeadores como sustituto del cigarro tradicional.
Organizaciones de salud celebraron la aprobación, señalando que los dispositivos no son inocuos y que su consumo prolongado puede generar daños respiratorios y cardiovasculares. Para ellas, la reforma representa un paso firme hacia la protección de las nuevas generaciones.
México se suma a países como India, que han optado por la prohibición total, mientras que otros, como Estados Unidos y Reino Unido, han preferido regular su venta y restringir la publicidad. El contraste abre un debate sobre cuál es el modelo más efectivo: regulación estricta o prohibición absoluta.
El tema central es el equilibrio entre la libertad de consumo y la responsabilidad del Estado de proteger la salud. Para algunos, la prohibición es un avance en la lucha contra las adicciones; para otros, es una medida excesiva que limita derechos y fomenta la clandestinidad.
La aprobación marca un antes y un después en la política de salud pública mexicana. Con sanciones severas y un marco legal que busca erradicar estos dispositivos, el país apuesta por una estrategia radical.
El debate, sin embargo, continuará: ¿protección sanitaria o golpe a la libertad de consumo?